
Sé que alguna vez en tu vida has tenido agujetas. Vale, era fácil de acertar.
Y también sé que en alguna ocasión te habrás preguntado por qué salen las agujetas y sobre todo, cómo explicar lo que son, y eso es lo que vamos a ver a continuación.
Su nombre correcto es DOMS (Delayed Onset Muscle Soreness) traducido al español como dolor muscular de aparición tardía, pero en este post nos referiremos a ellas como agujetas para simplificar y que todos nos entendamos.
¿Cuándo, cómo y dónde aparecen las agujetas?
Por lo general, la intensidad de las agujetas aumenta en las primeras 24 horas después del ejercicio y alcanza su punto máximo entre las 24 y las 72 horas. Empieza a disminuir a partir de las 72 horas y desaparece en 5 o 7 días.
Se dan principalmente en el tejido muscular, quédate con esto. No obstante, pueden manifestarse en otros tejidos.
Los factores que las producen son muy diversos, aunque en primera instancia las agujetas se vincularon con la acumulación de ácido láctico. Sin embargo, esto fue desmentido en diferentes estudios, ya que, como se verá más adelante, las contracciones excéntricas son las que menos ácido láctico producen y sin embargo son grandes causantes de esa sensación de agujetas.
También se le atribuyen causas como el daño en el tejido conectivo que rodea a los músculos, la temperatura muscular, el espasmo muscular, las respuestas inflamatorias, los radicales libres y los óxidos nítricos sin una respuesta clara. Para que nos entendamos mejor, las causas que generan el “dolor” pueden ser varias y no una en concreto como mucha gente quiere atribuir.
Se concluye que las agujetas son:
- Daños estructurales del músculo causando posteriormente respuestas inflamatorias. Esto provoca que las células inflamatorias como los neutrófilos y los macrófagos sean más activas. Es decir, los daños musculares son generados y posteriormente activan a otras células que nos advierten de los daños con dolor.
- Daños en las fibras nerviosas aferentes de tipo 3 y 4 a través de los receptores del dolor (nociceptores). Esto genera un hinchazón muscular que provoca el aumento de la presión intramuscular y de la sensibilidad de las fibras aferentes de tipo 3 y 4.
Cuando estos estímulos llegan a la corteza cerebral a través de la médula espinal, se percibe el dolor muscular. Dicho en castellano, la inflamación aumenta la presión dentro de los músculos facilitando así la sensación de dolor. Por eso cuando tienes agujetas te notas más “robusto y apretado”.
Por lo tanto, no se apunta a un solo factor, más bien a diferentes causas que están todavía por explorar.
Si tienes un conocimiento medio-alto sobre este tema, la siguiente imagen te ayudará a entender este proceso mejor. Si no, quizá no la entiendas. No pasa nada, continúa leyendo el artículo, quiero que te quedes con lo básico.

Las agujetas están asociadas al factor de crecimiento nervioso (NGF). Y se sabe que el NFG aumenta las respuestas al dolor y que el NFG secretado por las respuestas inflamatorias puede estimular a los nociceptores.
¿Por qué te salen agujetas?
Se pueden producir por diferentes factores:
- Ejercicio de alta intensidad. Si la intensidad del entrenamiento supera nuestro umbral de recuperación, es posible que aparezcan horas más tarde.
- Ejercicio excéntrico. El cual se produce cuando un músculo recibe tensión mientras se alarga, por ejemplo, cuando realizamos la fase de bajada en un press banca.
- Ejercicio novedoso. Cuando cambiamos de ejercicio o nos iniciamos en una nueva actividad que no hacíamos con frecuencia.
- Alta tensión durante el estiramiento. Por ejemplo, cuando realizamos peso muerto rumano. En este caso los isquiosurales reciben mucha tensión mientras están estirados.
- Combinación de todas las causas anteriores.
La aparición de agujetas provoca la reducción de las capacidades de fuerza, el aumento de la restricción dolorosa del movimiento, la rigidez, la hinchazón y la disfunción de las articulaciones adyacentes. Si bien es cierto que se le asocia como una lesión leve, es una de las razones principales para comprometer el rendimiento deportivo.
¿Las agujetas son buenas?
Esta pregunta requiere de un análisis algo más extenso, ya que dependiendo de la procedencia sabremos si lo estamos haciendo bien o si, por el contrario, nuestro entrenamiento está siendo un auténtico desastre.

En el próximo post veremos si es adecuado tener agujetas y cómo evitar esta dolencia. Muchos entrenadores las usan como información para programar los entrenamientos, sin embargo, esto hay que cogerlo con pinzas.
¿Más agujetas es igual a mejor entrenamiento? ¿Si no tengo agujetas el entrenamiento no sirve para nada? ¿Reducir con agua y azúcar? ¿Estiramientos para disminuir el dolor? ¿Entrenar con agujetas? ¿Sin dolor no hay ganancia?
Por lo pronto, ya tenemos claro por qué salen las agujetas. En el siguiente post responderemos a todas estas preguntas un poco más avanzadas, pero si tienes alguna duda, puedes preguntármela cuando quieras a través de cualquier medio.
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